Os invito a que entréis en el mundo mágico de mis sentidos. Continúo siendo el niño que describe la vida con la guitarra como bandera, y que percibe cómo una canción puede cambiar la trayectoria vital de un ser humano.
Por ello he vivido, compartido, sonreído, caminado...y sigo ajustando mi cuaderno de bitácora entre notas musicales y frases que llenen de emoción cualquier corazón que se precie.